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alá es grande

¿A ti nunca te ha mirado la historia?

A mí sí, ayer.

Estaba fumándose un cigarrillo mientras dejaba pasar las horas en compañía de unos conocidos y a la sombra de un árbol de tronco centenario. Tenía entre 70 y 1.300 años. La estatura mediana, la cabeza bien proporcionada, el rostro a partes iguales severo y delicado, esgrimía una nariz afilada como un alfanje, unos dientes tan bien cuidados como su barba cerrada, y la mirada desafiante y sagaz de un califa apacible, a la vez, por sabio. Además, irradiaba tanta personalidad como para que a simple vista se le adivinara una larga e intensa historia.

alá es grande

Ese viejo me ha clavado los ojos y me ha calado con su mirada.

Los dos hemos sabido de inmediato que coincidimos en otra época, en la que dominamos el mundo porque fuimos portadores de una sabiduría universal que otros hombres, en nombre de un Dios satanizador, se empeñaron en condenar a las imperdonables hogueras de la fe más ciega.

Tal vez ese hombre y yo coincidimos en otro tiempo… en algún taller de Granada, donde yo curtí y teñí las pieles que mi maestro trabajó hasta rematar con pulcritud las babuchas que él tanto apreciaba . O tal vez, cociendo el ajuar que había encargado al viejo y prestigioso alfarero al que yo servía, para la boda de su hija. O, por qué no, bajo un andamio y recibiendo ordenes del reputado alarife que fue bien pagado por escayolar los versículos más apasionados del Corán en la alcoba de su favorita. 

Es difícil saber con exactitud, pero lo cierto es que hemos vuelto a vernos al cabo de los siglos. Y que, desde el brocal de nuestra memoria, nos hemos limitado a mirar en lo más hondo de su pozo. Y que a pesar de la oscuridad, allí nos hemos visto reflejados, sí. Y que sin duda él fue príncipe en un oriente muy cercano y yo, un muchacho que abrazó otra fe sólo para seguir vivo. Y que nunca se arrepintió de haberlo hecho.

Todo lo que hoy he visto me ha parecido un milagro. Un milagro que atribuyo a un dios que no es el mío, porque aunque no sepa adónde voy, he entendido de dónde vengo.

No sé si existe o no Alá, pero desde luego, hoy ha sido grande.