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el más capaz citado

Dic 15, 2021

Sí, tú, tipo insólito, hoy has conseguido que, al cruzarme contigo, no pase de largo y que, más que pararme ante ti, repare en ti. Me descubro ante tu valor. Sin duda, todos piensan que eres un prenda, un majareta, pero yo he visto que se quedan cortos, muy cortos.

 Al contemplarte, he sentido, depronto, que debía decir algo para hacerte justicia y contrarrestar esas fuerzas del mal que siempre andan flotando en el ambiente.

personaje callejero estrafalario

Ayer, en el barrio, vi a dos señalarte y con una mueca irrisoria insinuar que la causa era tu aspecto estrafalario. Ayer, yo les seguí la corriente y, sin prestarte la atención necesaria, sentí cómo se dibujaba en mi rostro una especie de risita necia.

Hoy, al fijarme bien en ti, has hecho que me sienta eso, un necio, un necio y un cobarde. Hoy de ti he pensado, que eres el tipo más valiente del mundo. Algunos dirán que estás loco; yo ahora digo que no eres un loco, que lo que eres, es un atrevido, un intrépido, capaz de sorprender, sin proponértelo, a tus nada semejantes. Sí, tú eres un tipo muy superior.

Me río de los mozos que corren sobrios los sanfermines; me río de los rooftoppers, de esos zumbados que sueñan con trepar los 828 metros del Burj Khalifa sólo para hacerse un estúpido selfie; me río de los alpinistas que escalan a pelo paredes de hasta 100 metros de altura, paredes tan lisas como la palma de sus manos; me río de los acróbatas aéreos que, a poquísimos metros del suelo, remontan – los que no fallan – picados escalofriantes; sí, y me río de los toreros que reciben a porta gayola y sin inmutarse un morlaco de 600 kilos. 

Me río porque tu riesgo, de todos, es el de mayor letalidad; porque en vida te condenas al infierno. Tu osadía no conoce límites; es capaz de matarte de incomprensión – o tal vez de indiferencia -; pero además, enmascra a un  astuto criminal, porque, sobre todo, es capaz de matar de risa a cualquier estúpido mortal que pase por tu lado. 

Sí, algunos dirán que estás loco, que eres un lunático. A ellos yo les digo que no, que tu locura es tener el antojo de ir desorbitadamente a tu aire por el universo; y si fuera cierto que eres un selenita, es porque andas entre marcianos. Algunos dirán que estás chalado porque tienes muchos pájaros en la chola; y yo digo que, más que pájaros, lo que tienes es una amazonia en el coco. Sí, millones de pájaros de colores que vuelan libremente, luciendo su plumaje multicolor, para ser la envidia del reino animal, demostrando que, en el barrio, hay quien es capaz de todo, hay quien es el más citado por mirado, o sea, el más capaz… citado.

Sartre dijo que el infierno no existe, que el infierno es la mirada del otro, que son los demás; el eterno prénsente, sin cambios, angustiante, sustanciado en el desprecio de las miradas. La solución cobarde sería encerrarse uno en sí mismo, huyendo de ese desprecio, pero tú, no sólo no te encierras sino que te paseas pasando de todo, desafiante, riéndote de los demonios.

Me has saludado con mucho arte al pasar junto a ti; te has dejado fotografiar y me has pedido un café después de dar la última calada a un purito extremadamente fino, y que no sale en la foto por un extraño arrebato tuyo de pudor. Has debido pensar: “uno puede posar para la posteridad fumado, pero nunca fumando” … La verdad es que ya no sólo te miro, si no que te admiro, y más de lo que jamás yo mismo hubiera pensado. Ojalá tuviera tu valor torero para ponerme el mundo, como tú, por montera.

 Un argentino diría: ¡qué grande sos, loco!

Y yo añado que «inmenso»; el más capaz, en el infierno, el más citado.